quinta-feira, 13 de setembro de 2007

Contigo en Habana vieja. En las calles de Habana yo no camino solo. Yo traigo en mi alma una fuerte memoria de tu presencia Yo la traigo en mi corazón, por entera, completa. Una presencia dulce y armoniosa, a despecho de cualquier otra emoción. Si, yo tengo a ti, cuando camino por las calles de Habana vieja. El sueno del socialismo contrasta con el descuido de las casas, Con la pobreza del ambiente, con el roto general, con el efecto del tiempo, que maltrata a todo que es vivo, a todo que es sólido. Tener a ti, en mi corazón, hace cambiar mi apreciación de tan fuerte realidad. Yo soy la Habana vieja. Mi cuerpo roto es Habana vieja. Mi deseo represado es Habana vieja. Y tu? Tú eres el olor fuerte que viene desde el mar que circunda a isla. Olor que invade mi nariz, cuando camino, olor de sexo joven, olor de mujer madura. Tu eres la fuerza de la ola que sobrepasa al Malecón y explota en espumas en la calle. Fuerza e delicadeza que a todo limpia, que a todo purifica. Yo soy la calle de Malecón limpio por sus aguas fuertes. Yo soy cada niño, cada hombre, cada mujer, cada viejo en las calles cuando camino. Yo soy el que, en Habana, ama y odia a la revolución. Y yo lo soy porque tengo a ti en mi corazón. Yo soy el limpio. Yo soy el sucio. Yo podría ser otro cualquier, mas yo soy en las calles de Habana, uno mismo. Lo que tiene a ti en mi corazón. Yo soy lo que vive, respira y ama a tuya presencia en ese momento que estoy tan lejano de ti. Ó mi amada, yo camino por Habana vieja, y tu espíritu, tal cual a un ángel, mi acompaña, en todos os lugares por lo cuales mi voy.
Te estrano mucho nena!

Um comentário:

Anônimo disse...

Adoraria estar aí, companheiro. Conhecer as contardições do sonho socialista desta cidade e desvendar os seus desejos reprimidos...