quarta-feira, 25 de abril de 2007

Mujer morocha

Una bella mujer morocha en vestes blancas. Trae en sus pelos largos, en el alto de su cabeza, una flor. Blanca flor. Primaveral. En sus pies al revés, otro detalle tan femenil Una zapatilla, llena de lantejoulas, pequeñas flores, multicolores, como si andará cargando en sus pasos caminos de un jardín florido, que invitan mi mirada a seguirla con tanto gusto, en el ritmo y balance de sus caderas.

terça-feira, 24 de abril de 2007

En las calles en Buenos Aires

Flanear solito.

Sin ti, yo voy por las calles de Buenos Aires. Yo mi voy solo. Sin ti. Tus ojos no mi acompañan cuando mi voy en los caminos. Solo, por las calles de Buenos Aires. Sin tu testigo, no sé a todo que veo. Súbito percibo que sin los ojos tuyos mis ojos, son ojos ciegos. Ojos que miran sin certeza a todo lo que miran. Las calles en esta ciudad mi enseñan, mi ayudan a entender que yo soy un ciego. Yo soy un ciego, sin la luz de los ojos tuyos. En una esquina bailase tango en la calle. Yo soy las manos fuertes del bailarín Que apresan la mujer con pasión. Ella todavía no le correspondí. Ella es como si fuera en verdad, tu. Como si fuera tuya ausencia que siento tanto. Asiento para un cafecito en un sitio hermoso y calmo Y la silla delante de mi, si mantiene vacía. Sin ti. El café, en mío paladar, tiene un gusto amargo y fuerte. Mi corazón también. En la librería, tantos títulos. Tantos que ti caerían bien. Otros, son los míos, buscados a mucho. Haceme falta, todavía, tu testimonio, para compartir mi gusto pelo logro de encontrarlos. Tambien me haces falta para que yo pueda regalarte con todos aquellos, por los cuales tus ojos brillan. Yo camino solo por las calles de Buenos Aires. Y todo mi invita a una nostalgia de tuya presencia. Tuya presencia, tu que nunca estuviera acá. Todo invita a una dulce melancolía que se hace placer inmenso para los amantes. Para los que tienen a quién amar Y tienen la persona amada para asistir y contemplar. Todo eso, que esa ciudad ilumina, en la sensibilidad amorosa de las personas, es para mi, malsonante, como si fuera una condenación. Yo, el que camino solo, por la calles de Buenos Aires, tengo un apretón en el pecho, una voluntad fuerte de llorar De volver en el tiempo, de buscarla, amor perdido, De traerla de vuelta para mi vida. De hacerla compañía, compañera, En uno recorrido por la calles de todas las ciudades del mondo. De todas las ciudades conocidas e desconocidas. De todas las ciudades en que ya estuve o que algún día estaré. Siempre de manos dadas con usted. Siempre mirando a todo, con los ojos comunes, los tuyos y los míos.

terça-feira, 10 de abril de 2007

Mirada Forte Que olhar tens, Senhor! Que olhar tens, que me faz tremer Que teu olhar é tão fundo e abissal que por ele vou a extrangeiros caminhos, de fortes sensações e todo meu corpo treme ao encontrá-lo. Que olhar tens, Senhor ! Penetrante como se fora a águia hipnotiza-me tal qual uma serpente, doce e inocente ele, como se fora o olhar de um coelho. O que quer de mim, Senhor, este teu olhar? Que queres tu de mim, quando me olhas assim? Que me deixas tão nua e envergonhada de ter minha alma, assim exposta, a esses olhos seus, que tão lentamente me olham. Mas se persistes em me olhar, Senhor, pois então olha! Olhai! Olhai fortemente e veja, o que eu não te posso esconder! Nenhuma defesa me resta. Rompidas e abertas ja encontram-se todas as portas, nada te impede de tomar meu castelo. Venha então Senhor! Consuma o teu ataque, eu te peço, não me deixes sofrer assim. Que são tão fortes e se já fazem doídas em meu corpo, as expectativas de tudo isso , que agora, em súbita consciência, eu sei que entre nos dois, há de acontecer. Venha Senhor, adone-se de mim, que o teu olhar forte ja me faz querer-te muito. E desde este olhar, façamos uma ponte, unidos pelos olhos teus, que aos meus, tão doce chegam, um caminho para nossos corpos que, enlaçados, se acalmarão.

sexta-feira, 6 de abril de 2007

mirada dulce ¿Que es esto que yo veo en suya mirada, muchacha, Que la hace tan dulce como la miel de abejas, que yo saboreo en una tarde, cálida e perezosa? ¿Que invitaciones misteriosas e ocultas ella me trae, en el oscuro y profundo de sus ojos, en el recóndito de los cuales, brillan focos de luz? Indescifrables, incomprensibles, enigmáticas más que tienen el poder de me hacer alumbrado en sonrisas anchas que florecen horita en mi alma. ¿Cómo puedes ser tan tierna, muchacha? Tan femenil, sensible, suave y delicada. Y más, como es que todo eso, explíqueme esto mistério, como es que todo eso, puede contenerse en apenas una mirada suya.

terça-feira, 3 de abril de 2007

Mirada fuerte. iQue mirada tienes, Señor! Que mirada tienes, que me hace temblar. Que tuya mirada es tan funda y abismal, que por ella yo me voy a extranjeros caminos, de fuertes sensaciones y todo mi cuerpo tiembla a encontrarla.
i Que miradas tienes, Senor ! Penetrante como si fuera la águila Hipnotiza-me tal cual una serpiente, Dulce y inocente ella, como si fuera la mirada de un conejo. ¿O que quiere de mi, Senor, esta mirada tuya? ¿Que quieres tu de mi, cuando mi mira así? Que me dejas tan desnuda, envergonzada de tener mi alma así expuesta a esos ojos suyos, que tan lentamente me miran. i Mas se insistes en mirarme Senor, pues entonces mira! i Mirai Mira fuertemente e vea, o que yo no ti puedo ocultar! Ninguna defensa mi resta. Rotas e abiertas ya encontrase todas las puertas, nada impide a ti, de tomar a mi castíllo. i Venga entonces Señor! Consuma a tuyo ataque, yo le pido, No me dejas sufrir así, Que son fuertes e si hacen dolidas en mi cuerpo, las expectativas de todo eso, que ahora yo lo sé, en súbita conciencia, entre nosotros, aun ha que se pasar. Vengas Señor, aduéñese de mí que suya mirada fuerte ya me hace quererlo mucho. E desde ella haremos una puente, unidos por tos ojos suyos que a mis ojos, tan dulces tegan, camino para nuestros cuerpos que enlazados calmarán.
Eqüus II

Em pêlo me conduzes na pele pura, suas coxas quadris, me ofereço ao galope, cega cegueira, do seu corpo feminino.

Amazona dos abismos Dos precipícios, das bordas . mais frágeis , montas minha alma ,cavalga-me por baixo, por cima acoplada ao meu sexo. Fustigas o que não trago mais em mim, e domas, alucinada, perplexa, sem força, sem fôlego, o tempo e o espaço onde tudo vai se fundir. A tua boca crispada, O teu cabelo ao vento, teu grunhido selvagem de mim retira e suspende toda oposição que sustenta corcoveios, voltas, volteios toda rebeldia e toda obediência. Minha carne, domada, conquistada Se faz mansa no compasso dos ventos do teu olhar... Guerreira triunfas e ao teu gosto, a trote, me tens.

Me fazes doce, dulcíssimo monumento equestre animal vencido, todo seu. Ao qual ditas, generalíssima, ordens derradeiras num ocaso, gemido final.
Eqüus I Em pêlo na pele pura me ofereço ao galope do teu corpo feminino. Amazona cavalga-me, monta-me por baixo por cima acoplada ao meu sexo. Fustigas e domas, alucinada e perplexa, sem força sem fôlego, meus corcoveios, voltas, volteios minha carne,minha alma e o que eu não sei maistrago em mim. Me conduzes em cega cegueira aos abismos precipícios bordas mais frágeis do tempo e do espaço onde tudo vai se fundir. Retiras de mim toda rebeldia, me fazes manso e me tens, ao teu gosto, a trote, a passo, dulce , dulcíssimo, a andar no compasso que me ditam suas coxas quadris e a pouca força dos teus braços. E me ofereces, bela recompensa por minha toda obediência. O teu cabelo ao vento os teus olhos fechados, tua boca crispada, ginete do monumento eqüestre. Falo domado conquistado, todo teu. Todo meu, o teu gemido fatal!